sábado, 12 de julio de 1997

Soledad.

Autor/a: Stratospheet.







Tú Soledad, que siempre estás presente, 
siempre estás ahí, soportando mis pecados, 
apoyada en mi frente, llorando a mi lado, 
sin abandonarme por nada del mundo.

Tú Soledad, que navegas junto a mí, 
 rumbo al país donde los sueños son verdades 
y las mentiras no tienen consecuencia alguna, 
y puede ser charco más que laguna por donde nuestros corazones van,
 perdiéndose más allá del horizonte, 
sin sentido ni dirección, 
arrastrados por la corriente de la ablución.

Tú Soledad, que cuando estoy mal me acompañas en mi sufrimiento,
y cuando me falta el aliento tú me lo das, 
sin pensarlo ni un minuto, 
resultado de un fruto del árbol de la pasión, 
que tú y yo cultivamos en el jardín del olvido, 
donde todo es liso y fresco, 
como la brisa que recorre mi alma en los duros meses de primavera.

Tú Soledad, que siempre me escuchas y todo lo entiendes, 
y no me dices nada, siempre estás callada, 
no rechistas ni protestas, ni me insultas ni me hieres, 
por eso sé que me quieres y que nunca me abandonarás. 
Y no lo olvides jamás, yo también te quiero Soledad.


Y con este poema creo y podría apostar dinero, 
a que habréis juzgado a mi eterna Soledad, 
pensado que es mi novia. 
Pero lo que en realidad ha pasado, 
es que sin quererlo pero queriendo, me he equivocado, 
y me he estado comiendo el artículo La.