lunes, 2 de febrero de 2009

Inside You the World is Ending.

2.




En el interior de la tienda había un calor demasiado exagerado como para ser natural, especialmente si se tiene en cuenta que el tiempo en Reino Unido no es el más soleado y caluroso del mundo; no tenían más que ver hacia el exterior de la tienda para darse cuenta de la veracidad de esta afirmación.

Dom, Chris y Matt estaban sentados, hablando, manteniendo una conversación que carecía de sentido. Se llevaban bien hasta el punto de soltar cualquier tontería que saliese de sus embotados cerebros, así, sin más, sin tener miedo a lo que los otros pudieran pensar.

- ...en el mundo no hay justicia. En serio, ¿para qué sirven los juicios, las guerras, el dinero y todo eso? Eso de la democracia, las ideologías políticas y toda esa mierda...solo digo que no tiene sentido, y que todo es mentira. Es ponerle nombre a sus errores. - Dom se quedó mirando a Matt como si este acabara de hablar en otro idioma; Chris no pudo reprimir una carcajada.
- Joder, creo que ya va siendo hora de sacar el alcohol. Matt lo necesita, y mucho. - Dom cogió una funda de guitarra que había en un rincón y sacó de dentro una guitarra y una botella. Le dio la botella a Matt y él se dedicó a tocar notas sueltas con la guitarra; lo cierto es que la tocaba muy mal, pero le gustaba fingir que era algo que se le daba bien, aunque lo suyo fuese la batería.- No es que toques como los ángeles, pero, por mi, mientras no cantes, perfecto – añadió Matt después de haberle dado un largo trago a la botella.- Lo dices como si tú pudieses hacerlo mejor. - Dom le retó porque sabía que la legendaria vergüenza de Matt podría con él, pero a la velocidad a la que estaba bebiendo y teniendo en cuenta su estatura y complexión, tal vez Dom, por una vez, estaba equivocado.- Cuando quieras. - Le atravesó con aquellos claros ojos azules suyos. Algo nuevo brillaba en ellos, algo que Dom jamás había visto en él.

En un silencio solemne, le acercó la guitarra. Matt la tomó entre sus delgadas manos de dedos infinitos como a una vieja amiga. Dom se preguntaba como unas manos hechas para tocar el piano podían tocar también la guitarra endemoniadamente bien; pero dejó de pensar en el momento en el que Matt comenzó a cantar.

You could be my unintended,
choice to live my life extended.
You could be the one I'll always love.
You could be the one who listens,
to my deepest inquisitions.
You could be the one I'll always love.

Por primera vez en su vida, Dom no se arrepentía de haber retado a alguien a algo. Jamás había escuchado esa canción, pero la encontraba extrañamente hermosa. Jamás había escuchado cantar a esa voz, y lo sintió profundamente. Nadie podría haber imaginado nunca que Matt, con su voz huidiza y sus medio tartamudeos, podía llegar a hacer eso. Es más, le ponía tal sentimiento a la hora de cantar que la convertía en la interpretación perfecta.

Tanto Chris como Dom estaban estupefactos, mudos de asombro. Matt había dejado la guitarra en frente de sí, y contemplaba el suelo como si este fuera lo más interesante del mundo. Igual eran imaginaciones suyas, pero Dom creyó ver algo parecido a una lágrima rodando por una de sus mejillas, y creyó saber el por qué.

- Vaya – dijo Chris, rompiendo el extraño ambiente de la tienda -, eso ha sido una pasada. ¿De quién era la canción?

Matt se pasó el dorso de la mano por la mejilla antes de levantar la cabeza, y aún tomó otro trago de la botella – de la que todavía no sabía de qué estaba llena, aunque a esas alturas ya poco le importaba – antes de contestar.

- Es mía.

Dom sabía la respuesta incluso antes de que saliese de su boca. Ese sentimentalismo y esa sensación de familiaridad al escucharla...aunque fuese ilógico porque nunca se habría imaginado a Matt cantando, Dom sabía que esa canción era suya. Por un momento se imaginó todas las cosas que pasaban por su incansable cerebro, intentó ponerse en su lugar, y fue una sensación que no le agradó demasiado.

- ¿De verdad, tanto la letra como la música son tuyas? - Chris seguía sin creérselo del todo. Matt le dedicó una sonrisa triste y asintió. - Joder, tienes muchísimo talento, deberías...no sé, compartirlo con el mundo.- Yo no veo ese talento del que hablas por ningún sitio.- Porque tú eres idiota. - Por una vez, Dom no sonreía. Abrió la boca para seguir hablando, pero alguien acababa de llegar, así que decidió aplazar esa conversación para más tarde.

Chris salió corriendo para reunirse con su novia.Llevaban juntos casi desde el momento en el que se conocieron. Matt se preguntaba a menudo como sería esa sensación. Él nunca había estado ni mucho ni poco tiempo con alguien, y comenzaba a pensar que eso era lo que faltaba en su vida.A pesar de todo, mientras se ponía de pie, se obligó a dejar de pensar en eso. Cumpliría con Dom, y por un fin de semana dejaría de amargarse. Dejaría de pensar en suicidarse, en hacer tonterías y...bueno, en fin, ser como el resto del mundo.

Lo que probablemente ignoraba era todo lo que le esperaba ese fin de semana.



2 comentarios:

  1. wiiiiiiii sigele que ya me atrapo me da penita este Matt suicida pero ses complementa bien con el Dom alegre me enctan mushisimo

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