7.
- ¿A
qué viene esa pregunta? - Dom intentó sonreír como si no hubiera
ocurrido nada, pero Chris jamás había visto una sonrisa tan fingida
como la de su rubio amigo en esos momentos.
-
Noto como si algo raro hubiera pasado entre vosotros dos.
- Si
estamos como siempre...
- Lo
sé, pero es como si algo entre vosotros hubiese cambiado, son esas
cosas que no es posible explicar, no sé...
-
Oye, de todo lo que ha pasado ayer, no recuerdo ni diez minutos. Así
que si algo ha cambiado, no sé lo que es, porque no me acuerdo.
-
Entonces...¿por qué te has puesto tan tenso cuando te lo he
preguntado?
- No
sé...hoy Matt me ha preguntado si recordaba algo de lo que pasó
ayer, y me lo preguntó como si hubiese ocurrido algo importante,
pero no me quiere decir qué; él simplemente dice que no lo
recuerda, pero yo no le creo. Pensé que tal vez tú viste lo que
pasó y...bueno, que tal vez podrías contármelo.
- No,
no tengo ni idea, pero deberías hablarlo con Matt, sacárselo como
sea. Si crees que es algo importante...ya sabes como es Matt, que se
ahoga en un vaso de agua.
- Sí,
lo sé, tal vez tengas razón. Gracias por el consejo. Por
cierto...no le digas nada de esta conversación, por favor.
-
Descuida.
Dom
le sonrió, esta vez con sinceridad, y se metió en la camioneta.
Chris dejó escapar un suspiro y miró por última vez a su
alrededor, a modo de despedida silenciosa. Lo cierto es que lo había
pasado bien como pocas veces.
Matt
estaba con la mirada perdida en algún punto del suelo de la
camioneta, donde había una mancha que probablemente llevase allí
siglos. Se preguntaba de qué estarían hablando Dom y Chris, porque
aunque no los entendía, los tonos de sus voces llegaban a veces
animados, a veces pausados a sus oídos. La conversación terminó
cuando Dom se metió en la camioneta, cerró la puerta y apoyó la
cabeza en el asiento, con la barbilla apuntando al techo y los ojos
cerrados. Estaba a escasos centímetros de Matt, y este había
levantado la vista en cuanto Dom entró.
Esos
eran los momentos que le gustaban; esos en los que podía observar
sin ser observado. Solo así se sentía seguro y relajado, aunque ese
día la sensación no se había afianzado del todo por el hecho de lo
que había sucedido con Dom.
Pero
allí estaba él; el Sol reflejando en sus rubios cabellos, creando
sombras justo donde deberían estar para que la imagen fuese
hipnotizante. Matt tenía las manos apoyadas en sus piernas;
inconscientemente, había comenzado a levantar una de ellas para
rozar la cara de Dom, para sentir la calidez de su piel, para... ¿Qué
demonios estoy pensando?
Había bajado la mano de golpe, sobresaltando a Dom.
Este abrió los ojos para mirar a su amigo, pero simplemente lo
encontró mirando por la ventanilla, la vista perdida en el
horizonte. Las nubes habían comenzado a tapar el Sol, y Matt se
preguntó como la Naturaleza estaba tan jodidamente de acuerdo con él
siempre. Puede que por eso no odiase Gran Bretaña: por mucho que
odiase el mal tiempo continuo, este siempre estaba de acuerdo con su
estado de ánimo.
- ¿Qué ha pasado?
- Oh, nada, ha sido sin querer. Lo siento.
- No importa. - Dom le dedicó una sonrisa, para
restarle importancia al asunto. - Creo que me estoy enfermando.
- Eso te pasa por haberte metido en el agua ayer. - El
tono de reprimenda de Matt solo hizo que la sonrisa de Dom volviese a
aparecer en su cara, aunque como llegó se fue cuando soltó un
sonoro estornudo, producto del resfriado. Esta vez fue Matt quién se
rió.
- Lo siento Matt, pero no le veo la gracia.
- Ah, yo sí, y mucha.
En ese momento entró Chris, y se extrañó de ver a
Matt sonriendo y a Dom con cara de estar a punto de morirse. Era como
si por un momento se hubieran cambiado los papeles; pero es que en
esos momentos, cuando sentía que no tenía ninguna clase de
preocupación ni problema, Matt era realmente feliz. Dom le hacía
reír, aunque fuera con sus propias desgracias. Y cuando no era así,
al menos lo acompañaba en el sufrimiento, que era más de lo que él
podía pedir.
La furgoneta arrancó a regañadientes, y el viaje se
hizo corto, aunque silencioso. Dom se había quedado dormido en algún
punto del viaje, señal inequívoca de que no se encontraba demasiado
bien. Y es que era natural; Matt tenía el firme convencimiento de
que si algún día le pasaba algo serio a Dom, sería por culpa de
sus propias estupideces.
La primera casa a la que llegaron fue a la de Dom; este
ni se enteró, pues seguía durmiendo, la cabeza apoyada en el hombro
de Matt, el cual volvía a estar enterrado dentro de su propia
imaginación. Chris se giró, y como se dio cuenta de que ninguno de
los dos le estaba prestando atención, carraspeó sonoramente.
- Matt, será mejor que me ayudes con Dom, porque no
creo que esté demasiado colaborativo. Yo llevaré sus cosas hasta
dentro de casa, y tú ayúdale a ir hasta su habitación, ¿de
acuerdo? - Matt asintió, y en cuanto esto ocurrió, Chris salió de
la furgoneta y comenzó a acarrear todas las maletas de Dom. En su
casa no había nadie, pero debajo del felpudo de la entrada siempre
había una copia de la llave, que tanto Matt como Chris conocían
para utilizar en casos como este.
Mientras tanto, Matt le estaba dando suaves golpecitos
al hombro de Dom, para que se despertase. Al principio se limitó a
lanzar suaves gruñiditos, pero como vio que las sacudidas se volvían
más insistentes, abrió los ojos con desgana. Matt se limitó a
comunicarle la situación en voz baja, y abrió la puerta para que
ambos salieran.
Durante todo el trayecto hasta la habitación de Dom,
este estuvo apoyado contra Matt, los ojos apenas abiertos. En cuanto
Matt abrió la puerta, Dom se tiró en la cama, simplemente dejándose
caer, sin deshacerla siquiera.
- Espérame aquí – dijo Matt lanzando un suspiro. -
Ya vuelvo ahora.
No podía dejar a Dom solo en ese estado, al menos, tal
y como se había dejado caer en el colchón. Así que fue a avisar a
Chris de que él ya se quedaba allí, que se fuese y no se
preocupase, ya hablarían al día siguiente. Su amigo lo escuchó y
asintió, aunque Matt no pudo evitar notar algo extraño en la forma
en que lo miró, como si conociese algo que nadie más conocía.
No pudo evitar un escalofrío mientras subía las
escaleras de vuelta a la habitación de Dom.
oooo siguelaa aaaaaa jajaja y no pienses que abandono esta historia, la seguire hasta que la acabes espero y la acabes y no la dejes a medias bueno (:
ResponderEliminarCosas como esta son las que me dan ganas de seguir escribiendo *-* Subiré esta noche, y no te preocupes, que yo nunca dejo un fic a medias ;D
EliminarHermoso! T_T Me gusta mucho como escribes, de forma muy desenvuelta, y la historia va genial! Continúala! *-* ¡Saludos!
ResponderEliminarMe alegro de que te guste tanto la historia como cómo escribo. Subiré hoy el capítulo ocho, por cierto ^^ Saludos <3
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