15.
- Me
encanta que finjas ser alguien que no eres. - Dom decía esto medio
riéndose, mientras llevaba a Matt de nuevo de la mano, este otra vez
con los ojos cerrados, para no enfrentarse de cara a toda la marea de
gente que aparecería en cuanto cayese el telón.
-
Alguien tiene que hacerlo, y si no sois vosotros, tengo que ser yo.
Dicho
esto, Matt se quedó callado, y Dom no añadió nada más. Le parecía
justo, incluso razonable. De hecho, Chris y Dom habían acordado
dejar a Matt hacer las cosas a su manera, pues cuando quería, se
mostraba total y completamente seguro de lo que hacía, y siempre
funcionaba.
Matt,
por otro lado, estaba intentando una vez más vaciar su mente. Sentía
la mano de Dom, otra vez, suave y con la palma ligeramente sudorosa
de los nervios. Era agradable, atrayente. Era...era Dom, y Matt
comenzaba a pensar que no había mejor explicación que esa.
De
repente, volvieron a parar, pero esta vez, Dom no estaba tenso. Soltó
su mano, pero solo para colocar ambas rápidamente sobre los hombros
de Matt, una vez más.
-
Confío en ti. - La voz de Dom contra su oído, susurrándole,
sintiendo su cálido aliento, lo pilló desprevenido. Como un aleteo,
sintió el roce de sus labios en la mejilla, muy cerca de los labios.
Apenas fue un segundo, pero tampoco hizo falta más. Matt abrió los
ojos.
Pero
Dom ya no estaba allí.
Cogió
aire, a pesar de seguir igual de viciado e irrespirable que hacía
unos segundos. Tenía la guitarra a sus pies, su preciada guitarra.
La tomó y se la colgó del hombro, comprobando que seguía igual de
afinada que siempre, casi con placer. La música para él era lo más
próximo a una experiencia religiosa. Podría estar toda la vida sin
hacer nada más que tocar; él seguiría siendo feliz, incluso
comenzaría a ser feliz.
Miró
a su alrededor por última vez, sintiendo la omnipresente presencia
de Gregory Jones ejerciendo presión sobre su propio ego. Pero ya no
estaba asustando. Sabía que eso era para lo que había nacido, y que
ya no había nada más en el mundo por lo que luchar con uñas y
dientes. Enfrentó esta verdad con una sonrisa en la cara, y sintió
que era capaz de encarar a más de un millón de personas formando
una inmensa masa humana. Si se sentía capaz de eso, ¿por qué no
iba a poder contra un puñado de personas que ni siquiera sabían lo
que hacían?
Se
giró solo una vez y lo vio sentado en la batería con una amplia
sonrisa que a pesar de todo denotaba unos nervios que Dominic Howard
jamás había sentido. Cuando se percató de la mirada de Matt,
asintió ligeramente con la cabeza, como para transmitirle seguridad,
y Matt le contestó levantando los pulgares, como para decirle que
todo estaba bien, que no se preocupase, que la situación estaba
controlada. Y lo cierto es que comenzaba a estarlo en serio.
Se
giró al tiempo que caía el telón.
Todo
estaba lleno de gente, mirando con una mezcla de deseo y curiosidad
al escenario. Matt tragó saliva por última vez y se dijo que no
tenía miedo, ni un poco.
-
¡Hola a todos, gracias por estar aquí esta noche! ¡Nosotros somos
Muse y esto es Dead Star! - dijo
Matt a gritos, haciendo emocionar a la gente sin explicarse ni él
mismo el por qué.
Y
entonces empezó la canción y el publico enloqueció.
Shame
on you,
for
thinking that you're an exception.
We're
all to blame,
crashing
down to Earth.
Wasting
and burning out, yeah.
Fading
like a dead star.
One
is coming you way.
Yeah,
is coming your way!
Miró
de reojo a Gregory Jones y lo vio impresionado, cosa que no imaginaba
posible en un rostro como el suyo, en una superioridad tan abrumadora
como la que él tenía.
No
pudo evitar sonreír. Con muchas ganas.
**
Las
luces se apagaron, el concierto acabó. El público estaba eufórico,
casi tanto como aquellos tres chicos que lo habían dado todo y más
para convencer al mundo que eso era lo que mejor sabían hacer, y que
lo hacían realmente bien. Y así, sudados pero sonrientes, entraron
en backstage. Gregory Jones
estaba allí, esperándoles, con unas cuantas toallas pequeñas en
las manos que repartió entre los chicos.
-
Enhorabuena, ha sido impresionante. Tenéis mucho talento.
-
Gracias – contestaron al unísono.
-
¿Tenéis algún sitio al que ir ahora mismo? Porque os propongo
algo. ¿Qué os parece si nos vamos a tomar un café y hablamos de
vosotros y vuestro futuro?
El
trío de exhaustos pero felices chicos intercambió miradas durante
un momento. Algo muy importante podía cambiar esa noche, así, tan
deprisa que daba miedo. No hacía falta hablarlo.
-
Aceptaremos ese café encantados – Matt volvió a asumir su papel
de líder y habló por lo tres, pero esta vez sabía que estaba
diciendo lo que todos estaban pensando.
-
Perfecto, os espero fuera, yo os llevaré hasta allí, no os
preocupéis. Tenéis diez minutos.
Los
chicos asintieron, sin terminar de creérselo.
Gregory
Jones, por su parte, salió de allí con la sensación de que
probablemente, había encontrado una nueva mina de oro.
Habia extrañado este fic como no tienes idea! *---* pense que no volveria :,c
ResponderEliminarAme el cap!! *---* ya dieron el primer concierto!!
espero otro cap #soon(?)
Saludooos!! :3
¡Muchísimas gracias por leer y firmar!
EliminarSiempre volverá, no te preocupes, pero hasta que no tenga alguna que otra firma, me obligo a no subir, haha.
Besos, y el nuevo capítulo ya está subido ^^
B.