lunes, 10 de enero de 2005

Inside You the World is Ending.


9.






Cuando se despertó, tardó unos segundos en darse cuenta de dónde estaba.
A excepción de él, la cama estaba vacía, y el Sol entraba tímidamente por la ventana, dándole en la cara y haciéndole cerrar los ojos, a pesar de ser el característico Sol pálido de Gran Bretaña.

Dom entró en ese momento, para comprobar si su amigo seguía dormido. Lo vio allí, acostado en su cama, despeinado y con la luz del atardecer acariciándole como si fuera un elemento más de la Naturaleza.

- ¿Qué hora es? - Su voz apenas era audible, pero bastó para sacar a Dom de su mundo interior.
- Son las siete de la tarde. - A esa respuesta, Matt reaccionó levantándose de golpe.
- ¿¡En serio!? ¡No me jodas!
- No, no lo hago – respondió Dom con una sonrisa.

Matt se pasó la mano por el pelo repetidas veces, y se levantó, buscando sus zapatos.

- ¿Cómo estás? - preguntó mientras buscaba por debajo de la cama.
- Mucho mejor, gracias.
- ¿Irás mañana a clase? Yo te diría que no lo hicieses.
- Creo que iré, descuida.

Matt lo miró como una madre reprimiendo a su hijo, pero no tardó mucho en echarse a reír a carcajadas, y aunque Dom no comprendió esta reacción del todo, pronto se le unió. Estuvieron así unos minutos, tiempo durante el cual Matt encontró sus zapatos y se sentó en el borde de la cama de Dom para ponérselos.

- Oye, Matt – dijo Dom en cuanto ese bizarro momento hubo acabado.
- Dime.
- Mientras dormías he llamado a Chris, y me ha pedido que te preguntase si mañana por la tarde estarías dispuesto a empezar con los ensayos, serán en el garaje de mi casa.
- Por mi no hay problema.
- Perfecto.

Dom se quedó allí unos segundos, sin mirar a ninguna parte.
Esos días habían sido los más raros de su vida. No sabía si alegrarse por ese hecho o echarse a llorar, pero así era, y allí, delante de él, estaba el causante de toda esa extrañeza, de todas esas cosas que no dejaban de pasarle por la cabeza. Y sin embargo, no se sentía capaz de decir nada, de hacer nada...era su mejor amigo, y del mismo sexo que él, ni más ni menos, pero no conseguía quitárselo de la cabeza. Cuando recordó lo de aquella noche, se dio cuenta de que era lo más excitante que había hecho en su vida, aunque sintió la necesidad de disculparse, pero sin saber muy bien por qué ni cómo hacer para comunicarle a Matt que lo recordaba todo y que se alegraba de que hubiese ocurrido. Probablemente se acabaría su amistad, y probablemente nunca más volverían a hablarse, o simplemente a acercarse el uno al otro. Así que, a pesar de todo, Dom no sacaba el tema, ni tenía pensado sacarlo.

Matt se levantó, y le dedicó una mirada significativa. Dom intentaba por todos los medios no gritarle; le jodía que fuera tan puñeteramente enigmático siempre. Vale, que él no era el más indicado para hablar en este caso, pero Matt lo era siempre, y para todo.

Se acercó a él, y le tocó la frente.

- Creo que ya no tienes fiebre, pero deberías volver a meterte en la cama, eso no quiere decir que estés bien.
- De acuerdo...¿te vas ya?
- Va a ser mejor. Si mañana decides ir a clase de todos modos, te esperaré abajo, así que no tardes o daré por supuesto que te quedas en casa.
- Vale...
Por un momento estuvo a punto de decir algo más, pero se dio cuenta de que estaba totalmente fuera de lugar. Matt lo miró largamente, una vez más, como si él también estuviera esperando a que añadiese algo, algo que ambos necesitaban pero que ninguno conseguía explicarse.

- Pues hasta mañana. - Matt pasó por su lado, rozándole, para salir por la puerta. En su cara había una expresión derrotada, como si lo que había estado esperando no hubiera pasado, ni fuese a ocurrir nunca.

Dom se quedó allí, solo, reflexionando.
¿Cómo había llegado a esos límites?
En sus diecisiete años de vida jamás había sentido nada tan serio por nadie, y menos por un chico. Y menos aún por un amigo.
Y peor todavía, por alguien tan jodidamente frágil y autodestructivo como Matt. Que no era nada malo, pero tenía miedo de hacerle daño, y de que fuera irreparable, porque sabía como era.

Pero cada vez que lo veía, siempre metido dentro de su cabeza, en su propio mundo, a veces con esa infinita tristeza, algo dentro de Dom cambiaba. Sentía que lo necesitaba a su lado, que necesitaba abrazarlo y decirle que todo estaba bien, que no pasaba nada, que él estaba allí para solucionarlo todo. Pensaba en besarle, y pensaba como se vería recién follado, cosa que a veces le daba escalofríos, porque no sabía explicarse como era capaz de pensar en todo eso con su mejor amigo. Pero era verdad, y ahora lo sabía, lo tenía claro.

Le quería. No como se quiere a un amigo, si no como amas a eso que te parece irreal de lo perdidamente perfecto que es. Y quería decírselo, gritárselo tal vez, pero le dolía lo irremediablemente cobarde que era en circunstancias como esa. O tal vez era por no hacerle daño, o tal vez, simplemente, era por lo mucho que la gente hablaría de él. Pero, de cualquier modo, así estaba. Ahogado en sus propios sentimientos.

Tomó aire largamente.

Bueno, como bien le decía a Matt, tal vez lo que le hacía falta era divertirse.







6 comentarios:

  1. ooooo por dios.... no lo puedo creer dom lo quiere awwww jaja que lindo. Bueno espero el proximo capitulo pronto

    AMO ESTA HISTORIA enserio (:

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. UIFEHFUIEHWGUIRHUGHUR ME HACES FELIZ. <3
      Ya tienes un nuevo capítulo, espero que te guste ♥

      Eliminar
  2. Hermoso como siempre! :,) Ya quiero ver que pasara mas adelante! *-----* cada vez que veo un capitulo nuevo es tan "kajgbakgjbakgj" y'know? xDD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uy, hablas en mi lenguaje :$
      Ya tienes nuevo capítulo, ¡gracias por leer!

      Eliminar
    2. Ohh sisi! xD y gracias a ti x responder siempre! *-*

      Eliminar
    3. Claro que siempre respondo, es lo menos que os merecéis todas las que perdéis algo de tiempo de vuestras propias vidas leyéndome. ¡Muchas gracias! (:

      Eliminar