miércoles, 5 de enero de 2005

Inside You the World is Ending.

14.






Matt temblaba.
Intentaba no hacerlo, pero realmente, era incapaz.
Escuchaba el ruido al otro lado del telón e intentaba pensar en otra cosa, o simplemente en que ese no era su público, que habían venido a ver a otros. A pesar del miedo que podía crearle un puñado de personas, se preguntaba cómo demonios había tanta gente. Era su primer concierto, ¿qué demonios había pasado para tal congregación, pues la sala estaba llena hasta su aforo máximo? Pensó en Dom, y en que tal vez ya tenía la respuesta en su cabeza, pero en ese momento, el miedo escénico lo eclipsaba todo.

Chris se le acercó, sonriente.

- ¿Qué, preparado?
- S-s-sí... - Intentó fingir una sonrisa, lo cual le fue totalmente imposible.
- No te preocupes, Matt, piensa en ello como en un ensayo más, solo que con gente delante. No pasa nada. Respira.

Matt asintió, y trató de hacerle caso. Tomó una honda bocanada del aire viciado del establecimiento, y se sintió incluso peor de lo que ya estaba.
Y en ese momento, como escuchando una plegaria interna, Dom se materializó ante sus ojos. No tenía ni idea de en qué momento había llegado, pero allí estaba, y Matt no sería el encargado de echarlo.

- Tranquilo. - Se lo quedó mirando, pues sabía lo que le pasaba a Matt; sabía como era. - Ven, salgamos afuera, aún quedan unos minutos.

Matt se limitó a asentir y a seguirle, todavía tembloroso. El aire los golpeó a ambos en cuanto el rubio empujó la puerta que separaba al local del exterior. A lo lejos había algún que otro chico fumando, pero en un amplio perímetro, solo eran ellos y la noche, cosa que relajó a Matt increíblemente, aún a pesar de que la presencia de Dom le ponía de los nervios desde que se había dado cuenta de todo lo que sin querer estaba sintiendo por él. No había gente y, por lo tanto, tampoco había nervios. Se quedaron así, callados durante unos instantes, saboreando la noche, llenando los pulmones de aire puro, pretendiendo ser aire en el medio de la nada.

- Matt.
- Dime.
- ¿Cómo te sientes?
- T-t-tengo miedo.
- Oh, vamos, no puedes tener miedo, no después de como nos convenciste a Chris y a mi. ¿Qué has hecho con ese tipo, eh?
- Oye, no es culpa mía. Simplemente veo a toda esa gente y...y no reacciono. No puedo hacer nada, me bloqueo.
- Mira, hagamos una cosa. - Dom puso las manos en los hombros de Matt y lo miró fijamente. Estaba serio como nunca. - Vas a cerrar los ojos y yo te llevaré hasta el escenario. No los abras si no te sientes realmente seguro. Piensa que solo estás con Chris y conmigo, en un ensayo más. ¿De acuerdo? - Matt asintió, sin apartar sus ojos de los de Dom. - Confía en mí.
- Sí.
- Bien, entonces vamos. Cierra los ojos.

Matt cerró los ojos, no muy convencido.
De repente, sintió como Dom tomaba su mano, y se olvidó de toda la realidad. Tenía la mano fría, pero para él era el contacto más agradable del mundo. Tiraba de él, guiándolo a través del pequeño backstage del establecimiento. De repente, se pararon. Una voz que Matt no supo identificar le habló a Dom, con unas palabras que tampoco consiguió entender. Se sentía como entre brumas. De repente, lo oyó:

- ¿Y cómo os llamáis?

En ese momento, Matt pudo sentir toda la tensión en el cuerpo de Dom. Le oyó llamar a Chris y preguntarle con un hilo de voz como demonios tenían un concierto si ni siquiera el grupo tenía nombre.
Mientras ellos dos trataban de pensar algo rápido, Matt abrió los ojos. Todo estaba más oscuro, casi preparado para el concierto. A pesar del aire casi sólido de lo irrespirable que era y de que no era el antro más agradable del mundo, a Matt le pareció un lugar maravilloso; de hecho, el mejor lugar del mundo. Pensó, sereno y en silencio, tratando de buscar una solución junto a esos dos chicos desesperados que eran sus mejores amigos y sus compañeros de banda.

Cuando observó con detenimiento lo que le rodeaba, se encontró al propietario de aquella voz que no lograba identificar con los ojos cerrados. Era un hombre bastante elegante, entrado en la cuarentena tal vez, con aspecto de hombre adinerado, que lo contemplaba todo a su alrededor con superioridad, pero con atención.

- Bien, ¿cuál es vuestro nombre entonces?
- Muse.

Todos se giraron de golpe para ver a Matt.
Él lo había dicho; lo había dicho con una naturalidad tal que parecía premeditado, como si hubieran estado debatiéndolo largo y tendido.

- ¿Tú quién eres?
- ¿Quién lo pregunta? - dijo Matt en un tono desafiante.

El desconocido sonrió.

- Me gustas. Veremos si sigo pensando lo mismo después de veros tocar. Me llamo Gregory Jones, y probablemente soy lo que os separa de esto – abarcó con su brazo derecho todo lo que le rodeaba, con un aire de desprecio que a ninguno de los tres chicos le pasó desapercibido - y la fama.

Dom y Chris intercambiaron una mirada profunda.
Fue Matt quien sonrió esta vez.

- Pues yo soy Matt Bellamy. Y esta – dijo abarcando con un brazo a Dom y a Chris – es la banda que cambiará la música para siempre. De eso estoy seguro.







6 comentarios:

  1. aaaa pensé que ya nunca seguirías esta historia y estoy tan feliz :D me encanta enserio me alegraste mi dia jaja bueno ya espero y la sigas pronto (:

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    1. Muchísimas gracias, no te preocupes, que tarde más o menos, siempre subiré (:
      Besos <3

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  2. Tu ehposah te dice que ASDHDNELWKT. Continuala, joder *--* Escribes dpm, pero eso ya lo sabes :3

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  3. El dibujo. Ejemejeminvincibleejemejem xD sigue así twans :)

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