jueves, 6 de enero de 2005

Inside You the World is Ending.


13.






No tenían nombre, ni siquiera una vana idea; simplemente tenían ganas de tocar, cosa que no hacían precisamente mal. Las semanas que siguieron a aquel primer ensayo, fueron semanas en las que apenas hablaron de otra cosa que no fuera el grupo, ese pequeño proyecto sin nombre, pero en el que tantas esperanzas tenían puestas, en el que con tanto tesón trabajaban.
Para Matt, era la primera vez que algo le hacía verdadera ilusión. De hecho, era la primera vez que se involucraba realmente en algo, y por una vez, sentía que era algo útil, además de algo que realmente le gustaba, para variar.

Eran ellos y su música contra el mundo.

Aquella era una mañana particular.
Hacía frío, para no variar, pero Matt notaba en el aire algo peculiar, algo que no acostumbraba a estar allí, pero no tenía manera de saber qué era, pues no era sólido, ni posible de captar a través de los sentidos. Era esa clase de cosas que solo eres capaz de ver por el rabillo del ojo, casi sin quererlo.
Estaba sentado en un banco, inundado por esa sensación, impidiendo que incluso las bizarras cosas que había empezado a crear su cerebro interfirieran y enturbiasen esa sensación. Deseaba por una vez estar al pie de un precipicio, pero solo para demostrar que él era algo más que un deseo suicida, que ya tenía una gran razón por la cual quedarse con los pies plantados en la Tierra. Quería reírse de lo que era antes: le sorprendía el hecho de haberse convertido en alguien totalmente distinto en tan poco tiempo, alguien tan...¿feliz?

Así estaba cuando Dom llegó, cavilando, sin hacer el más mínimo sonido.
Llevaba un gorro de lana calado hasta las orejas, y una bufanda alrededor del cuello, como si estuviera decidido a no enfermarse más después de lo de “aquella” noche.
Se sentó al lado de Matt y lo miró con solemnidad.

- ¿Dónde está Chris? - dijo mientras se liberaba de la bufanda. No comprendía como Matt, con lo delgado que era y con lo desabrigado que iba siempre, no se enfermaba jamás. Era como si no fuera de este mundo.
- Lo llamé hace un poco y dijo que venía para aquí, así que debe estar al llegar. Al menos Chris no tiene tus costumbres – rió Matt.

Se hizo el silencio durante un rato después de esa frase, el que tardó Chris en llegar. Matt estaba mirando el paisaje, viendo el humo escapando de los labios de Dom por culpa del frío. Fue arrancado de sus pensamiento por Chris, pues llegaba creando un gran jaleo él solo. Estaba excitado por algo que ninguno de los otros dos chicos conocía.

- Hola. - Estaba realmente resplandeciente, con las mejillas encendidas.
- ¿Se puede saber qué te pasa? Parece que acaban de disparar a alguien delante de tu cara. Dom parecía molesto, aunque no lo estaba realmente.
- No os lo vais a creer, pero acaban de llamarme y...y... - le costaba hablar, porque apenas le llegaba el aire a los pulmones, lo cual no era de extrañar, pues había venido corriendo un gran trecho de camino.
- ¿Y qué? - Esta vez Dom habló en un tono molesto de verdad, pues no le gustaba ser el último en enterarse de las cosas, aunque claro, en este caso no era exactamente el último, con Matt a su lado con cara de interrogante.
- ¡Nos han dado un concierto! - gritó Chris al fin.
La felicidad no tardó en contagiarse entre ellos como la pólvora. Era para lo que tan intensamente habían estado trabajando, y ahora, al fin, lo tenían al alcance de la mano: su primer concierto, su primer concierto de verdad.

- Pero esperad, chicos, eso no es todo.
- ¿Ahora es el momento de la mala noticia? - dijo Matt borrando la sonrisa de la cara. No le parecía justo que le estropeasen la noticia con otra cosa.
- No, al contrario, ahora viene la buena.
- En serio, ¿algo mejor que el concierto? - se carcajeó Dom, sin creérselo del todo.
- Oh, sí. Vendrá gente por decirlo de algún modo...importante. Gente que podría darnos un contrato. Podría significarlo todo o nada.
- Y quieres decir que eso es lo bueno, ¿no? - Dom volvió a reírse, esta vez irónicamente.
- Sí. - Fue esta vez Matt quién contestó. - Como bien ha dicho Chris, podríamos no gustarles, pero yo tengo fe en todo lo que hemos estado trabajando, y sé que les gustaremos. Así que iremos, daremos todo lo que tenemos y nos darán lo que sea. Lo sé.

Tanto Chris como Dom se lo quedaron mirando fijamente. Matt nunca se había mostrado seguro de nada. Por una vez era el cabecilla de algo, y estaba asumiendo el papel de una manera que a los otros dos chicos impresionaba. No solo se mostraba seguro, si no que se lo conseguía transmitir a los demás.

- Pero bueno, ¿a qué esperamos entonces? - dijo Dom, sonriendo.
- ¿A qué? - contestó Chris.
- Bueno, tendremos que ensayar mucho si queremos impresionarles. Tenemos un concierto que preparar.

Matt sonrió como solo hacía en contadas ocasiones. Ese era el momento; podía comenzar a palpar su libertad. En ese momento su mirada se cruzó con la de Dom, y por un momento el mundo entero dejó de existir. El cielo era del color de sus ojos: probablemente el Universo entero. Le entraron unas indescriptibles ganas de coger su bufanda, pasársela tras la nuca, acercarlo a él y besarlo. Notó como sus mejillas enrojecían, y miró en dirección al suelo, para que ninguno de los otros dos chicos se diera cuenta de lo que estaba pasando por su cabeza y se estaba reflejando en su rostro.

Salieron en dirección a casa de Dom felices como nunca, inundados por una sensación que, esperaban, durase eternamente.




2 comentarios:

  1. *OOOOO* Omfg! ya extañaba este fic! este cap se me hizo tan corto T_T *llora* Ha esperar por el proximo! \o/ Saludos! :3

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    1. ¡Muchas gracias por tu comentario!
      Siento haber tardado tantísimo en subir, pero es que con los estudios y todo, apenas tengo un segundo para nada, y mucho menos para ponerme a escribir. Pero ahora mismo subiré, al fin, el capítulo 14.

      Besos (:

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