13.
No
tenían nombre, ni siquiera una vana idea; simplemente tenían ganas
de tocar, cosa que no hacían precisamente mal. Las semanas que
siguieron a aquel primer ensayo, fueron semanas en las que apenas
hablaron de otra cosa que no fuera el grupo, ese pequeño proyecto
sin nombre, pero en el que tantas esperanzas tenían puestas, en el
que con tanto tesón trabajaban.
Para
Matt, era la primera vez que algo le hacía verdadera ilusión. De
hecho, era la primera vez que se involucraba realmente en algo, y por
una vez, sentía que era algo útil, además de algo que realmente le
gustaba, para variar.
Eran
ellos y su música contra el mundo.
Aquella
era una mañana particular.
Hacía
frío, para no variar, pero Matt notaba en el aire algo peculiar,
algo que no acostumbraba a estar allí, pero no tenía manera de
saber qué era, pues no era sólido, ni posible de captar a través
de los sentidos. Era esa clase de cosas que solo eres capaz de ver
por el rabillo del ojo, casi sin quererlo.
Estaba
sentado en un banco, inundado por esa sensación, impidiendo que
incluso las bizarras cosas que había empezado a crear su cerebro
interfirieran y enturbiasen esa sensación. Deseaba por una vez estar
al pie de un precipicio, pero solo para demostrar que él era algo
más que un deseo suicida, que ya tenía una gran razón por la cual
quedarse con los pies plantados en la Tierra. Quería reírse de lo
que era antes: le sorprendía el hecho de haberse convertido en
alguien totalmente distinto en tan poco tiempo, alguien tan...¿feliz?
Así
estaba cuando Dom llegó, cavilando, sin hacer el más mínimo
sonido.
Llevaba
un gorro de lana calado hasta las orejas, y una bufanda alrededor del
cuello, como si estuviera decidido a no enfermarse más después de
lo de “aquella” noche.
Se
sentó al lado de Matt y lo miró con solemnidad.
-
¿Dónde está Chris? - dijo mientras se liberaba de la bufanda. No
comprendía como Matt, con lo delgado que era y con lo desabrigado
que iba siempre, no se enfermaba jamás. Era como si no fuera de este
mundo.
- Lo
llamé hace un poco y dijo que venía para aquí, así que debe estar
al llegar. Al menos Chris no tiene tus costumbres – rió Matt.
Se
hizo el silencio durante un rato después de esa frase, el que tardó
Chris en llegar. Matt estaba mirando el paisaje, viendo el humo
escapando de los labios de Dom por culpa del frío. Fue arrancado de
sus pensamiento por Chris, pues llegaba creando un gran jaleo él
solo. Estaba excitado por algo que ninguno de los otros dos chicos
conocía.
-
Hola. - Estaba realmente resplandeciente, con las mejillas
encendidas.
- ¿Se
puede saber qué te pasa? Parece que acaban de disparar a alguien
delante de tu cara. Dom parecía molesto, aunque no lo estaba
realmente.
- No
os lo vais a creer, pero acaban de llamarme y...y... - le costaba
hablar, porque apenas le llegaba el aire a los pulmones, lo cual no
era de extrañar, pues había venido corriendo un gran trecho de
camino.
- ¿Y
qué? - Esta vez Dom habló en un tono molesto de verdad, pues no le
gustaba ser el último en enterarse de las cosas, aunque claro, en
este caso no era exactamente el último, con Matt a su lado con cara
de interrogante.
-
¡Nos han dado un concierto! - gritó Chris al fin.
La
felicidad no tardó en contagiarse entre ellos como la pólvora. Era
para lo que tan intensamente habían estado trabajando, y ahora, al
fin, lo tenían al alcance de la mano: su primer concierto, su primer
concierto de verdad.
-
Pero esperad, chicos, eso no es todo.
-
¿Ahora es el momento de la mala noticia? - dijo Matt borrando la
sonrisa de la cara. No le parecía justo que le estropeasen la
noticia con otra cosa.
- No,
al contrario, ahora viene la buena.
- En
serio, ¿algo mejor que el concierto? - se carcajeó Dom, sin
creérselo del todo.
- Oh,
sí. Vendrá gente por decirlo de algún modo...importante. Gente que
podría darnos un contrato. Podría significarlo todo o nada.
- Y
quieres decir que eso es lo bueno, ¿no? - Dom volvió a reírse,
esta vez irónicamente.
- Sí.
- Fue esta vez Matt quién contestó. - Como bien ha dicho Chris,
podríamos no gustarles, pero yo tengo fe en todo lo que hemos estado
trabajando, y sé que les gustaremos. Así que iremos, daremos todo
lo que tenemos y nos darán lo que sea. Lo sé.
Tanto
Chris como Dom se lo quedaron mirando fijamente. Matt nunca se había
mostrado seguro de nada. Por una vez era el cabecilla de algo, y
estaba asumiendo el papel de una manera que a los otros dos chicos
impresionaba. No solo se mostraba seguro, si no que se lo conseguía
transmitir a los demás.
-
Pero bueno, ¿a qué esperamos entonces? - dijo Dom, sonriendo.
- ¿A
qué? - contestó Chris.
-
Bueno, tendremos que ensayar mucho si queremos impresionarles.
Tenemos un concierto que preparar.
Matt
sonrió como solo hacía en contadas ocasiones. Ese era el momento;
podía comenzar a palpar su libertad. En ese momento su mirada se
cruzó con la de Dom, y por un momento el mundo entero dejó de
existir. El cielo era del color de sus ojos: probablemente el
Universo entero. Le entraron unas indescriptibles ganas de coger su
bufanda, pasársela tras la nuca, acercarlo a él y besarlo. Notó
como sus mejillas enrojecían, y miró en dirección al suelo, para
que ninguno de los otros dos chicos se diera cuenta de lo que estaba
pasando por su cabeza y se estaba reflejando en su rostro.
Salieron
en dirección a casa de Dom felices como nunca, inundados por una
sensación que, esperaban, durase eternamente.
*OOOOO* Omfg! ya extañaba este fic! este cap se me hizo tan corto T_T *llora* Ha esperar por el proximo! \o/ Saludos! :3
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu comentario!
EliminarSiento haber tardado tantísimo en subir, pero es que con los estudios y todo, apenas tengo un segundo para nada, y mucho menos para ponerme a escribir. Pero ahora mismo subiré, al fin, el capítulo 14.
Besos (: