jueves, 27 de junio de 2002

Helena.

Título: Helena
Autora: Nessie Kenobi
Plot/Datos: Bandas, My Chemical Romance, Gerard Way.






1.






Realmente, no sé cómo ni cuándo comenzó todo.

Me llamo Helena, pero siempre me han llamado Hell, tanto como para abreviar mi nombre, como por mi tendencia hacia lo oscuro.
Siempre he sido diferente a los demás, y siempre me he sentido orgullosa de serlo, puesto que opinaba que ser igual que el resto era una desgracia.
Creo que fue por esa ideología mía por lo que me fijé en él.

Creo que todo empezó con el curso.
Nada del otro mundo, otro simple curso que empezaba para continuar su monótona trayectoria, como todos los años.
Suspensos, aprobados, chicas repelentes.
Alguna gente nueva, y poco más.

Con esta idea, entré en el instituto público en el que estaba obligada a estudiar.

Mis dos amigas ya estaban en la puerta, me saludaron justo al entrar.
Nos sentamos en las escaleras para fumar un cigarrillo antes de adentrarse realmente en las clases, era como nuestro desestresante para lo que se nos venía encima.

Y entonces, fue cuando lo vi por primera vez.
Subiendo las mismas escaleras en las que yo estaba sentada.

Era pálido, muy pálido, tanto como yo, lo que contrastaba con sus ojos perfilados en negro y rojo.
El color de sus ojos parecía variar por momentos, pero en ese mismo momento se mostraban de un verde increíble, que me hipnotizó.
Su cabello era negro, al igual que su vestimenta, en la que solo destacaba una corbata de color rojo.

Era como yo, al menos en cuánto indumentaria.
Creo que eso fue lo que produjo mi fijación en él.
Pero eso solo fue la primera impresión, rápidamente me dí cuenta de que mi fijación se debía también a la perfección de sus rasgos, a su rostro angelical, a las sonrisas que le veía esbozar en clase...de todo, absolutamente todo en él me atrajo. Y Gerard Way se convirtió en una obsesión para mi, en mi entretenimiento en las clases - porque sí, estaba en la misma clase que yo -, se convirtió en mis sueños más profundos, en mis pensamientos más inquietos...

Intenté sacarlo de mi cabeza, pero nada funcionaba ya. Había dejado pasar todo durante demasiado tiempo como para conseguir sacarlo ya.
Hiciera lo que hiciera, iba a seguir obsesionada con él.

O tal vez...enamorada.

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